Con apenas 17 años, Rodrigo Oliva es uno de los jóvenes legionarios guatemaltecos que se encuentran en el extranjero demostrando su talento y poniendo en alto al baloncesto de nuestro país. Desde hace un año se mudó a Miami, Florida; para formar parte de la Escuela Cristiana Dade.
Sus inicios
Sus primeros pasos en el baloncesto fueron a los 10 años en el Colegio Capouilliez, en donde aprendió las bases para jugar a este deporte. La decisión de inclinarse por el baloncesto no fue sencilla y fue inspirada por su hermano mayor, Julio Oliva. «Cuando uno empieza, uno es malo. No me gustaba mucho el basket, corríamos demasiado y no estaba acostumbrado a eso; prefería el fútbol. Al final me decidí por el basket por una charla que tuve con mi hermano, gracias a él es que ahora juego baloncesto y ahora, me gusta lo que hago», nos cuenta Oliva.
Rodrigo siguió desarrollándose como basquetbolista y fortaleció sus habilidades entrenando en la escuela departamental de la Asociación Departamental de Guatemala, en el Club Force y en la Academia MYM. Luego, el entrenador Marlon Cuadra se fijó en su talento y lo incorporó a las filas del equipo GMS, que participa en la Liga Metropolitana de la Asociación Departamental de Guatemala. Con el conjunto verde, Oliva vivió experiencias que lo llevaron a subir el nivel de su juego.
«Con 15 años, jugaba con gente que tenía 30 o 35, las figuras que juegan en la Selección Nacional mayor como Enrique Samayoa, Shaq Salguero y así. A ellos no les importa contra quién están jugando, siempre van a estar jugando fuerte y eso me hacía jugar más fuerte», comenta el basquetbolista nacido en el departamento de Guatemala.
Sus actuaciones lo llevaron a formar parte de la Selección Nacional de Guatemala que participó en el Campeonato COCABA U14 en 2017. En ese torneo, Oliva sobresalió con su capacidad anotadora y se convirtió en el sexto máximo encestador del certamen con un promedio de 14 puntos por juego. Su entendimiento y capacidad en el baloncesto, lo llevaron a portar nuevamente la camiseta azul y blanco para el Campeonato COCABA U16 que se desarrolló en Guatemala el año pasado. Allí fue nombrado como capitán del equipo por el entrenador cubano, Miguel del Río.
«Me llena de mucho orgullo haber representado a mi país, no a cualquiera se le puede dar esa oportunidad. Aprendí de que siempre me tengo que esforzar más porque llevo el nombre de mi país en el pecho, que es algo que no cualquiera tiene y siempre daré el máximo por él», expresa Oliva.
La aventura en el extranjero
Rodrigo y su madre, Irma Ríos, siempre buscaron una oportunidad en tierras estadounidenses, primero fue un campamento en 2018 con Basketball Planet y luego otro campamento en 2019 con Miami Tropics con el entrenador cubano Art «Pilin» Álvarez, este último camp le valió para quedarse en la Florida y conseguir una beca para formar parte de la Escuela Cristiana Dade.
Adaptarse a un nuevo estilo de vida y a un nuevo estilo de baloncesto, hizo que que su primera temporada en Estados Unidos iniciará de forma lenta. Empezó conformando la segunda escuadra del equipo, el junior varsity. Luego de unas semanas y tras un intenso trabajo dentro de la cancha, se ganó el derecho de formar parte del primer equipo, el varsity team. Rodrigo se fue ganando los minutos dentro de la duela con el primer conjunto y fue una de las piezas que consiguieron el Campeonato Estatal de la Asociación Independiente Atlética Cristiana de la Florida (FICAA por sus siglas en inglés).
«Es un orgullo porque no cualquier guatemalteco ha tenido la oportunidad de quedar campeón estatal y no hay muchos guatemaltecos que jueguen internacionalmente. Estoy orgulloso de estar cumpliendo algo que mi hermano también quería pero a él no se le pudo dar la oportunidad y yo no la tengo que desperdiciar», nos comparte Rodrigo.
La pandemia de COVID-19, ya no le permitió a Oliva regresar a Guatemala tras finalizar la temporada y ahora se encuentra preparándose con sus compañeros para el inicio de la siguiente campaña que estará llena de retos y será solo uno de los pasos de Rodrigo para conseguir sus metas. «Me veo jugando profesional en alguna parte, en México o Europa. Y con alguna carrera profesional con estudios de Ingeniería Química o Fisioterapia», nos cuenta el basquetbolista nacional sobre su futuro.